A medida que la movilidad evoluciona surgen nuevos conceptos y términos que es necesario asimilar. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en dos: el renting y el leasing. Estos dos nuevos modelos de propiedad de vehículos tienen tantas cosas en común como diferencias y pueden llevar al equivoco a más de un usuario.
¿En qué se diferencian el leasing y el renting?
El renting consiste en el alquiler de un vehículo durante un tiempo determinado. El leasing es muy similar, pero incluyendo la alta posibilidad de que el usuario acabe comprando el vehículo a un precio reducido. A estos términos aparentemente tan similares hay que incluirles unas cuantas diferencias.
La primera es de las más importantes para los usuarios: el precio. Ambos modelos de propiedad implican el pago de una cuota mensual. Esta cuota suele ser más baja en el leasing que en el renting. Esto se debe a que, por norma general, el conductor acaba pagando para quedarse el automóvil en propiedad.
Sin embargo, el renting incluye en sus cuotas gastos añadidos como el seguro del coche o los mantenimientos. Para el alquiler con opción a compra, estos gastos los paga el cliente por su cuenta. En lo referente a la duración de los contratos también hay que introducir matices. Las empresas de leasing suelen ofrecer servicios que no superen los 2 años, mientras que el máximo para las empresas de alquiler ronda los 5 años.
Siempre que el vehículo se utilice por un autónomo o empresa para realizar su actividad comercial el renting permite deducir el pago de las cuotas mensuales. Por su parte, el leasing permite deducirse tanto el pago de cuotas como las amortizaciones. Esto se debe a que dichas amortizaciones no vienen incluidas en las cuotas del alquiler con opción a compra.
Fuentes: Invarat y Canva;. Invarat. gabinete pericial de referencia internacional.