Los discos de freno son, junto a los neumáticos, los dos elementos sobre los que más se sustenta nuestra seguridad. Son los encargados de reducir nuestra velocidad y de responder, correctamente, ante cualquier imprevisto en la carretera.
Conocer las averías más frecuentes en los discos de freno del coche, puede ayudarnos a mantener un buen mantenimiento de ellos y, por ende, conseguir una mayor seguridad.
¿Cuándo tengo que cambiar los discos de freno?
Los discos de freno se suelen renovar cada dos cambios de las pastillas. Es decir, cada dos años o 120.000 km más o menos. Sin embargo, puede ocurrir que tengamos una avería que nos obligue a cambiarlo antes. Por ejemplo, en los siguientes casos:
- Discos de freno desgastados: La avería más común. Sucede simplemente por el desgaste y el paso del tiempo. Es importante prestar atención porque tienen un límite de grosor que no se debe sobrepasar. Los coches nuevos disponen de un sensor para avisarnos.
- Discos de freno rayados: Puede deberse al agarrotamiento de las pinzas o un cristalizado del ferodo de las pastillas. Para darnos cuenta de ello, estaremos atentos a, si al frenar el coche emite un chirrido.
- Discos dañados por sobrecalentamiento: Esta avería es común cuando el conductor del vehículo abusa diariamente de los frenos. También puede darse en vehículos que realicen de forma muy frecuente trayectos con grandes curvas y descensos. ¿Cómo detectarlo? Fácil, si al frenar el volante nos comienza a vibrar.
- Roturas de disco: La finalidad del disco cuando no realizamos los correctos mantenimientos. El desgaste severo o la oxidación pueden llevar a una rotura completa y poner en serio peligro nuestra seguridad.
Sobra decir que, estar pendientes de estas señales, a parte de incrementar nuestra seguridad evita que un pequeño problema se convierta en algo más grande. Desde Invarat, gabinete pericial de prestigio internacional, siempre recomendamos llevar un exhaustivo control en los mantenimientos de todos los elementos de un vehículo.