¿Qué es el turbocompresor y cuáles son sus mantenimientos?

El turbocompresor es un componente que se encuentra en la inmensa mayoría de los vehículos diésel y en algunos gasolina. Su función es doble. Por un lado, incrementa notablemente la potencia de los motores y por otro reduce la contaminación. Esto es posible gracias a que se encarga de aumentar la cantidad de oxígeno con el que se mezcla el combustible.

Esta pieza está compuesta por seis partes. La turbina es la que envía el aire a través del eje coixal hasta el compresor. El diseño del compresor se va estrechando para introducir el aire a presión en las válvulas. La válvula de descarga regula los gases que se envían al tubo de escape y la válvula de alivio se encarga de aumentar la vida útil de la turbina. Opcionalmente los turbocompresores pueden incluir un intercooler que mantiene frio el aire comprimido para que las altas temperaturas no afecten al funcionamiento del vehículo.

Mantenimientos recomendados para el turbocompresor

Lo primero que hay que vigilar si quieres que el turbocompresor duré lo máximo posible es cuidar el aceite. Los niveles de aceite deben estar siempre dentro del rango indicado. Aunque pueda resultar baladí, usar el aceite recomendado por el fabricante te ahorrará más de un dolor de cabeza a largo plazo.

piezas coche

También conviene no forzar su uso. Conducir con el vehículo a altas temperaturas o cuando los componentes aún están fríos solo provocará rozamientos y daños no deseados. Los turbocompresores son especialmente susceptibles a estas situaciones.

La carbonilla son restos que aparecen en el turbocompresor y que acaban lastrando su funcionamiento hasta provocar una avería. Para evitar la aparición de carbonilla se debe conducir durante unos minutos a marchas cortas e ir subiendo las revoluciones. Las precauciones y mantenimientos actuales son averías evitadas en el futuro.

Fuentes: Invarat y Canva