En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y la digitalización abarca cada vez más aspectos de nuestras vidas, es fácil dejarse llevar por la comodidad de los peritajes a distancia, las evaluaciones automáticas o con IA. Sin embargo, en Invarat, creemos firmemente que la labor del perito va mucho más allá de lo que una cámara o un software pueden captar. La presencia física de los seis sentidos del perito en el taller o acompañando a la persona que tiene un siniestro, sigue siendo indispensable.
En algunas profesiones, la exactitud del trabajo puede depender del buen uso de los cinco + 1 sentidos. Así es, por ejemplo, en el caso de los peritos que utilizan los cinco sentidos y el sexto que es el sentido común. Veamos cómo utilizamos en Invarat los seis sentidos del perito de autos.
La observación visual de los daños, el desgaste y el estado general del vehículo proporciona información crucial que una foto o un video puede pasar por alto. Un perito experimentado puede notar detalles sutiles que una cámara no captaría, como pequeñas grietas o signos de reparaciones anteriores. Es el sentido de la vista.
Vamos con el oído. El sonido del motor, los ruidos al arrancar o al conducir pueden revelar problemas mecánicos que no son visibles. Los peritos utilizan su sentido del oído para detectar anomalías que podrían indicar fallos o desgastes que requieren atención.
¿Y a qué huele? Pues puede oler a quemado, a combustible, o a humedad… Y ese olor, que no capta aún ninguna IA y ninguna cámara, puede alertar al perito de problemas como fugas, sobrecalentamientos o filtraciones que afectan al vehículo y que podrían no ser obvios en una evaluación a distancia. Es el sentido del olfato.
Sentir la textura de las superficies, la temperatura de los componentes o la resistencia de las partes móviles proporciona información adicional sobre el estado del vehículo. El tacto, la capacidad de tocar y manipular el vehículo permite al perito detectar irregularidades que no serían evidentes de otra manera.
Con respecto al gusto, aunque rara vez se menciona, es un sentido que puede ser útil en la detección de ciertos problemas (por ejemplo, una ligera presencia de anticongelante en el aire puede ser detectable a través del gusto). Este sentido es utilizado con precaución, pero es parte del arsenal completo del perito.
A estos cinco sentidos, se suma el clásico sexto sentido que no es otro que el sentido común. Es la experiencia, la intuición y la capacidad de razonar que el perito ha desarrollado a lo largo de los años. Le permite hacer conexiones y juicios que no se basan únicamente en datos concretos, sino en una comprensión holística de cómo funcionan los vehículos y cómo se manifiestan los problemas.
La tecnología: un aliado, no un sustituto
Es innegable que la tecnología ha facilitado muchos aspectos del trabajo pericial. Las herramientas digitales y las plataformas en línea han permitido agilizar procesos y ofrecer soluciones más rápidas. En el gabinete pericial de Invarat, contamos con Avatar Expert para hacer video peritaciones; con Cat View que presenta valoraciones realizadas con IA; y con GSP para gestionar informes y controlar los trabajos periciales.
La tecnología es para nosotros un aliado poderoso, una extensión de las capacidades de nuestros peritos, pero nunca un sustituto de su presencia física y su experiencia. La precisión que aporta el perito presencial se basa en una combinación de observación, interacción, percepción y empatía con el cliente que la tecnología aún no puede replicar completamente.
En Invarat, valoramos el equilibrio entre tecnología y la pericia humana. La presencia de un perito en el taller no solo enriquece el proceso de evaluación con detalles finos y precisos, sino que también aporta un toque humano que la tecnología, por más avanzada que sea, no puede replicar. Por eso seguiremos promoviendo la importancia del peritaje presencial, integrando lo mejor de ambos mundos para ofrecer siempre el mejor servicio a nuestros clientes.